El 17 de diciembre de 1998, la Asamblea General aprobó la resolución 53/202
El 15 de marzo 2000, la Asamblea General aprobó la resolución 54/254
La Asamblea General también determinó el 10 de mayo de 2000 el horario de la Cumbre, así como las modalidades para el establecimiento de la lista de oradores para las sesiones plenarias y la organización de las sesiones de mesa redonda (resolución 54/261
Sólo desplegando esfuerzos amplios y sostenidos para crear un futuro común, basado en nuestra común humanidad en toda su diversidad, se podrá lograr que la mundialización sea plenamente incluyente y equitativa”, proclamaron los líderes del mundo al adoptar unánimemente la «Declaración del Milenio de las Naciones Unidas»
La Declaración reafirma la fe de los Estados Miembros en las Naciones Unidas y en su Carta como elementos indispensables para construir un mundo más pacífico, próspero y justo. El reconocmiento de la responsabilidad colectiva de los gobiernos del mundo para lograr la dignidad humana, la igualdad y la equidad; así como la responsabilidad de los líderes del mundo hacia sus ciudadanos, en especial los niños y los más vulnerables.
Los líderes declararon que el principal reto de hoy es hacer de la globalización una fuerza positiva para todos, reconociendo que hasta ahora, sus beneficios y costos no están repartidos de forma equitativa. La Declaración hizo un llamado a las políticas y medidas globales, correspondientes a las necesidades de los países menos desarrollados y de las economías en transición.
La Declaración de la Cumbre cita la libertad, la igualdad (de los individuos y de las naciones), la solidaridad, la tolerancia, el respeto a la naturaleza y la responsabilidad compartida como seis valores fundamentales para las relaciones internacionales en el siglo XXI.
Entre los objetivos con la intención declarada de promover la paz, la seguridad y el desarme, los líderes mundiales se comprometieron a fortalecer el estado de derecho y a garantizar el cumplimiento de las decisiones de la Corte Internacional de Justicia, a fin de proporcionar a las Naciones Unidas los recursos necesarios para la prevención de conflictos y su resolución pacífica, y para tomar medidas contra el problema internacional de las drogas y el terrorismo.
Los líderes mundiales también se comprometieron a reducir al mínimo los efectos adversos de las sanciones económicas en poblaciones inocentes y a someter los regímenes de sanciones a revisiones periódicas,, a instar a la acción constructiva en materia de desarme y a reforzar la cooperación entre las Naciones Unidas y las organizaciones regionales. El documento llama también a los Estados Miembros a eliminar las armas de destrucción masiva, especialmente las nucleares y a mantener todas las opciones abiertas para este fin, incluida la posibilidad de convocar una conferencia internacional para determinar formas adecuadas de eliminar los peligros nucleares.
Los líderes mundiales que se reunieron en la Cumbre comprometieron a sus naciones a una nueva alianza mundial para reducir la pobreza extrema y establecieron una serie de metas con plazos concretos, con el 2015 como fecha límite, que se conocen desde la Cumbre del Milenio como los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Los Objetivos de desarrollo del Milenio son los siguientes: (1) erradicar la pobreza extrema y el hambre, (2) lograr la enseñanza primaria universal, (3) promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer, (4) reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años, (5) mejorar la salud materna, (6 ) combatir el VIH / SIDA, la malaria y otras enfermedades; (7) garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, y (8) fomentar una alianza mundial para el desarrollo.
Sobre la protección del medio ambiente, la Declaración del Milenio señaló que no deben escatimarse esfuerzos para contrarrestar la amenaza de que el planeta se estropee de forma irremediable por las actividades humanas. Por lo tanto, los participantes en la Cumbre decidieron adoptar una nueva ética de conservación y cuidado del medio ambiente.
Para fortalecer a las Naciones Unidas, los líderes de la Cumbre acordaron reafirmar la posición central de la Asamblea General; intensificar los esfuerzos para una reforma integral del Consejo de Seguridad en todos sus aspectos; fortalecer aún más el Consejo Económico y Social y la Corte Internacional de Justicia; fomentar consultas periódicas y la coordinación entre los órganos principales de la Organización; garantizar una mayor coherencia de las políticas e instar a la Secretaría a hacer el mejor uso de los recursos, que deben ser aportados de forma oportuna y previsible.