La información no podía pasar inadvertida, ya que es signo de un cambio de tendencia generado por la crisis europea. Atraídos por las perspectivas de conseguir empleo dada la presencia en Orán de muchas compañías españolas, los jóvenes iniciaron la travesía.
Estos jóvenes habían perdido sus empleos en territorio español por la quiebra de las empresas en las que trabajaban y habían solicitado visas de ingreso a Argelia, que les fueron denegadas, según informa el diario Liberté de ese país. En consecuencia, apelaron a un recurso extremo, reservado hasta ahora a los africanos que intentaron a lo largo de los últimos años encontrar en Europa techo y trabajo: se subieron a lo que comúnmente se llama una patera, es decir, una embarcación lanzada al mar con la intención de alcanzar la costa opuesta. Sólo que esta vez la nave hizo el trayecto inverso.
Así, estos inmigrantes europeos ilegales fueron interceptados por los guardacostas de Orán, una pujante ciudad de Argelia en la cual varias empresas españolas están asentadas, por caso, la Empresa de Agua y Saneamiento de Orán (SEOR, por sus siglas en francés) o Tram Nour, que lleva adelante un megaproyecto de tranvía. Los desfortunados españoles serán repatriados en breve.
El fenómeno no se circunscribe a España. También los portugueses están emigrando hacia sus ex colonias en África, como Angola, y también hacia el Brasil, donde cuentan con la ventaja del idioma.
El 2 de febrero pasado, en el aeropuerto de Luanda, la capital angoleña, las autoridades migratorias arrestaron a 20 portugueses y los expulsaron hacia Lisboa, al parecer porque sus visados eran falsos.
El número de portugueses interesados en emigrar hacia Angola ha crecido aceleradamente en los últimos años, pasando de 156 visas otorgadas en 2006 a más de 23.000 en 2011. Actualmente, ya son 100 mil los portugueses residentes en al país norafricano.
A raíz del episodio en las costas de Orán, el diario L’Orient-Le Jour se permitió un momento de humor, imaginando el diálogo entre los dos guardacostas argelinos que interceptaron a los españoles, a los que bautizó Omar y Hassan. Este es un resumen:
Hassan: Omar, pásame los prismáticos.
Omar le pasa los prismáticos a Hassan.
Hassan: Otra vez los harragas (*).
Omar: ¿Cuántos?
Hassan: Cuatro.
Omar: Es poco.
Hassan: Un momento, ¡este barco no va en la dirección correcta!
Omar: ¿Cómo que no va en la dirección correcta?
Hassan: Vuelve al país en vez de ir hacia Europa. ¿Se olvidaron de despedirse de sus madres o qué?
Omar: Dame los prismáticos… Tienes razón, ¡vienen hacia nosotros! ¿Qué se hace en estos casos? Yo sé manejar las salidas, no las llegadas…
Hassan: Llama a Bachir.
Omar llama a Bachir, jefe de los guardacostas argelinos.
Omar: Sr. Bachir, soy Omar, guardacostas de la fachada oeste. Tenemos un problemita con los harragas.
Bachir: ¿Desde cuándo son un problema? Haces la vista gorda y que pasen.
Omar: Sí, pero estos vienen hacia nostros.
Bachir: ¿Cómo “vienen hacia nosotros”? El magrebí que vuelve, o bien es hijo de un funcionario al borde del retiro o bien es un viejo, o un loco. No me tomes el pelo, Omar.
Hassan: No parecen magrebíes.
Bachir: ¿Cómo que no parecen magrebíes?
Hassan: Tienen aspecto europeo….
Bachir: ¿Un harraga europeo? Llamaré al ministro.
Omar: Dicen que no tienen papeles, lo dicen en español. Dicen que quieren trabajar en Orán, que ya no hay trabajo en su país.
Bachir llama al ministro del Interior.
Ministro: Bachir, ¿me estás diciendo que clandestinos españoles fueron detenidos en nuestras costas?
Bachir: Sí. Y el problema es que no conocemos el procedimiento.
Ministro: Bachir, me los traes de inmediato a la oficina. No los tocamos. Los enviamos de regreso de inmediato, pero antes les quiero sacar una foto. Si no, mi mujer no me va a creer. Clandestinos europeos… Tengo que llamar al Presidente.
(*) Así llaman a los migrantes clandestinos que se embarcan desde África del Norte hacia las costas mediterráneas europeas
[via infobae.com]