El rompecabezas mundial de Malvinas se va completando
Alemania, Bélgica, Francia, Dinamarca, Holanda y Suecia. Rusia y Estados Unidos, Japón, India, Indonesia y Australia. Todos estos países tienen ya mucho que ver que antes con la Cuestión Malvinas. Mucho más que hace un año y en solidaridad con los reclamos de soberanía argentinos. Y España, claro, y ni hablar todo los países de América Latina. Y sorpresa: ¡también Gran Bretaña! En todos esos países y en otros durante el último año se formaron grupos de amistad y solidaridad con la posición argentina sobre Malvinas, más de 90 en los cinco continentes.
Como un gigante rompecabezas mundial, la figura de las islas integradas al resto del territorio nacional se va completando, pacientemente, ficha a ficha.
Por un lado, estos grupos son una expresión más del alcance que ha alcanzado el despliegue diplomático argentino en pos de crear las condiciones de una negociación directa sobre soberanía con el Reino Unido. Y, por otro, revelan la falta de espacios, ya no sólo de argumentos, que le van quedando a Londres para sentarse a conversar sobre el asunto de fondo, incluso puertas adentro.
Todo parece, todo parecerá más significativo este año y en estos meses que van hasta junio. Los treinta años del conflicto armado en el Atlántico Sur devolverán los recuerdos de manera más vívida que de costumbre. Nos duelen los cientos de hombres que perdieron su vida entonces y otros tantos que se la quitaron agobiados por el trauma que les provocó su participación en los combates.
Pero, aunque se multiplicaron tan rápidamente, los Grupos de Solidaridad comenzaron a conformarse bastante antes, en mayo de 2011, en México, por iniciativa de la embajadora Patricia Vaca Narvaja, encargada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante su primera visita al país azteca. Allí estuvimos también en octubre, comprobando ese apoyo a través de personalidades académicas y políticas locales.
Estos grupos de solidaridad son un masaje para el corazón argentino de cara a las conmemoraciones de 2012, que Londres pretende convertir en fastos propios de una conducta de imperio colonialista fuera de regla en todo sentido.
Político, para las democracias de derecho que se digan realmente evolucionadas. Y diplomático, desde que las Naciones Unidas consagraron debidamente la descolonización que, en especial salvo Gran Bretaña, con 10 de los 16 casos sin resolver, abrazó toda la comunidad internacional hace medio siglo.
Pero los argentinos, en particular desde 2003, han logrado no sólo recuperarse de una crisis política, económica y social sin antecedentes en su historia, sino además, con la autoestima renovada, reinsertarse en el mundo, reconquistar el respeto merecido y, desde allí, ganar apoyos en cantidad y calidad a su reclamo de soberanía sobre las Malvinas y demás territorios usurpados del Atlántico Sur.
No puede haber otra interpretación posible de los pronunciamientos a favor de negociaciones directas con Gran Bretaña que hicieron, por ejemplo, los cancilleres de los 132 países miembros del Grupo de los 77 (G77) más China, el foro más importante de países en desarrollo, que Argentina presidió durante 2011 desde su misión diplomática ante la ONU. Acaso nos hayamos acostumbrado, pero a la luz de la Historia reciente vale tanto o más el proceso de apoyo y directa reivindicación de derechos argentinos sobre las Malvinas que siguió América del Sur, desde que el ex presidente Kirchner cofundó la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y se preocupó de darle esa impronta a la naciente -ahora influyente- comunidad política, económica y diplomática de la región.
Ese camino, de horizonte claro para todos los sudamericanos, se ha hecho sentir con más fuerza más recientemente, a la hora de aunarse para contener cualquier muestra de ilegalidad manifiesta, como la expresada en la bandera de un buque, hasta la peor de las prepotencias. O como la militar, en una región sin conflictos, de paz y que tiene más conciencia que nunca de la importancia de cuidar los recursos naturales y la riquísima biodiversidad que la desfachatada ambición económica de Gran Bretaña y de sus ciudadanos “implantados” en la islas ponen ahora en peligro.
Días atrás, otra iniciativa que lleva años, el Observatorio Parlamentario Cuestión Malvinas, ha hecho también su aporte bajo la presidencia de la cámara de Julián Domínguez, del Frente para la Victoria (FpV). Y aquí lo relevante: con la participación de los presidentes de todos, todos, los bloques de la oposición.
Y aquí se cierra el círculo, con una política de Estado que tiene sustento político nacional; con una política regional y exterior con apoyo masivo en las urnas a través de distintos partidos; con una política diplomática que sigue desplegando todos sus recursos en cuanto foro internacional haya; con una verdad histórica y jurídica conocida y comprendida en todo el mundo.
No debe sorprender que tengamos un Grupo de Solidaridad con nuestra posición en la propia Gran Bretaña. Y como hemos dicho antes, más pronto que tarde, con las condiciones dadas como corresponde, tampoco será sorpresa que Londres se avenga a negociar reconociendo que hay un derecho, el argentino sobre los territorios usurpados. Que hay intereses, de los británicos. Y que hay deseos y modos de vida a atender, los de los actuales isleños.
Esta diplomacia de hoy, con la paciencia y persistencia con la que se completa un rompecabezas, será la que permita poner mañana la última ficha.
Este artículo fue publicado en el diario el Cronista Comercial
Esta entrada fue modificada por última vez en 04/04/2012 22:07
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