Discurso sobre el Estado de la Unión
El reporte está establecido por la Constitución, aunque no requiere que sea presentado anualmente.
George Washington fue el primer presidente en dar el discurso del Estado de la Unión, el día 8 de enero en 1790, en la ciudad de Nueva York, la capital provisional del país. En 1801, el presidente Thomas Jefferson discontinuó la práctica de dar el discurso en persona al Congreso, considerando que el discurso era muy monárquico (como el Discurso del Trono). Desde aquella época, el discurso del Estado de la Unión fue presentado por escrito por el presidente y enviado al Congreso para ser leído por alguien. En el año 1913, el presidente Woodrow Wilson reinició la práctica de aceptar la invitación del Congreso para leer el discurso en persona. Con mínima controversia, asistió retomando dicha práctica; sin embargo, hubo excepciones, y algunos presidentes mandaron su discurso en papel. El último presidente en hacerlo fue el Presidente Jimmy Carter en 1981.
Al principio, el discurso fue nombrado como “el mensaje anual del presidente al Congreso.” El Nombre oficial de “Estado de la Unión” (State of the Union) no fue popularmente usado hasta el año 1935 cuando el Presidente Franklin D. Roosevelt comenzó a usar la frase.
Antes del año 1934, el mensaje anual era tradicionalmente dado en diciembre de cada año. La ratificación de la enmienda XX que cambiaba el principio del comienzo del congreso de marzo a enero, afectó al discurso. Desde 1934, el mensaje ha sido dado en enero o febrero. Actualmente es tradición dar el discurso el último martes de enero, pero no hay norma ni obligación al respecto, y puede variar en estos dos meses.
En el discurso de la Unión, el presidente tradicionalmente recuerda los hechos cumplidos por la administración durante el año pasado, así como el agenda por el año que viene en un tono alegre y optimistas. En un punto del discurso, el presidente siempre dice “El Estado de nuestra Unión está fuerte” (“The State of our Union is strong”) o una frase similar. Desde el año 1982, ha sido tradición que el presidente reconozca a un invitado especial sentado cerca de la Primera Dama en la galeria, como un ciudadano o un jefe de estado en visita oficial. Los invitados suelen ser de interés para alguna parte del discurso del presidente.
Regularmente al Presidente no le está permitido entrar a la sala de sesiones sin permiso explícito del Congreso. Para cada discurso del Estado la Unión, una “invitación” es necesaria. La presencia del Presidente en la cámara es anunciada ceremonialmente por el Sargento de Armas de la Casa de Representantes, quien llama, ” Señor/Señora Presidente ¡el Presidente de los Estados Unidos!” Entonces, el presidente ingresa a la cámara bajo una ovación que dura varios minutos, y todos los asistentes se ponen de pie, y saluda a todos en el pasillo. Cuando llega al frente, el presidente le da una copia del discurso al vicepresidente (porque es el Presidente del Senado) y al Portavoz o Presidente de la Cámara de los Representantes (speaker), los cuales se sientan detrás del presidente durante todo el discurso.
Sentados en las primeras filas de la cámara están los Junta de Jefes del Estado Mayor (jefes de las principales ramas de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos), los Jueces de la Corte Suprema de los Estados Unidos y miembros del Gabinete del presidente. Como costumbre un miembro del gabinete no se presenta a la ceremonia, por si un disturbio sucediese. Luego de los Atentados del 11 de septiembre de 2001, unos miembros del congreso tampoco asisten. Una vez que los congresistas y el presidente están listos, el presidente de la cámara le pega a su martillo, y dice, “Miembros del Congreso, tengo el gran privilegio y el distintivo honor de presentarles a ustedes al Presidente de los Estados Unidos”, entonces se ponen de pie todos con un aplauso y a partir de ese momento el presidente comienza su discurso.
El Presidente da su discurso con ayuda de monitores transparentes enfrente de los miembros del congreso. El discurso dura un poco más de una hora, ya que es interrumpido en varias ocasiones por aplausos. Los aplausos son de tono político, y dependiendo del tema, los miembros que asienten con las propuestas del presidente aplaudan, (siempre su propio partido), así que los aplausos indican apoyo.
Los miembros de la Corte Suprema casi nunca aplauden. Tradicionalmente se estima que como son los representantes de la rama judicial del gobierno federal, tienen que ser imparcial en temas de políticos. Los Jefes del Estado Mayor solo aplauden cuando se trata de temas relacionados con lo militar o las relaciones exteriores, ya que el presidente es el Comandante del Ejército y aprueban su liderazgo. Hay que tener en cuenta que todos en la sala de reuniones del Congreso aplauden cuando entra el presidente. Por tradición aplauden a la figura u oficio del presidente y no a la persona que lo desempeña (y en los hechos el nombre del presidente nunca es utilizado).
Esta entrada fue modificada por última vez en 24/01/2012 23:34
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