miércoles, diciembre 25, 2024

Malvinas: Los reclamos de la Argentina han sido permanentes en contra del proceso colonizador – Jorge Argüello

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El formidable proceso de descolonización que el mundo comenzó en 1960 con la Resolución 1514 de la Asamblea de las Naciones Unidas cumplió el 14 de diciembre medio siglo, pero el compromiso que tuvo Argentina en ese proceso histórico sigue hasta ahora sin la mejor recompensa para nuestro propio país, por el resabio colonialista que significa la “Cuestión Malvinas”.

La fiesta popular que el 25 de mayo pasado recorrió el país para celebrar otro gran aniversario, el Bicentenario del nacimiento de la Argentina como nación libre y soberana, extendió este año una alegría ciudadana por casi todo el país que también debía involucrar, y no pudo, a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, apropiadas por Gran Bretaña desde 1833.

En ese sentido, una estrecha relación une la gesta libertadora iniciada en 1810, que encendió la libertad soberana de toda Sudamérica hace 200 años, con esa resolución 1514 de la ONU que ahora cumple 50: ambos acontecimientos políticos abrevan en el mismo espíritu anticolonialista.

Otros detalles históricos demuestran, además, que la Cuestión Malvinas es muchísimo más que un simplista sentimiento antibritánico, porque pese a las invasiones de 1806 y 1807, y bastante antes de la usurpación de Malvinas de 1833, los dos Estados mantenían relaciones amistosas reguladas incluso por un tratado de 1823 en el que Londres ni siquiera manifestó una reserva de sus pretensiones sobre las islas y su mar circundante, heredadas pacíficamente por Argentina de la corona española.

Por lo tanto, ni el chauvinismo, ni una construcción territorialista de la identidad nacional, ni mucho menos el patriotismo mal entendido, tienen que ver con la justa defensa de nuestros derechos soberanos sobre las islas usurpadas por Gran Bretaña.

En positivo, hay dos acontecimientos claves que vale evocar ahora, y el primero de ellos es la aprobación hace exactamente medio siglo por parte de la Asamblea General de la ONU de la “Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos coloniales”, contenida en aquella Resolución 1514 de 1960, que fue el instrumento que rigió todo el proceso descolonizador en defensa de pueblos hasta allí sometidos o subyugados por un poder colonial.

El segundo hecho relevante, ocurrido años más tarde, en 1965, involucró específicamente a la Argentina, con la formalización de la así llamada “Cuestión Malvinas”, que la Asamblea General de la ONU pasó a considerar un caso “especial y particular” de descolonización ya que el mismo supone una disputa de soberanía entre dos partes: Argentina y el Reino Unido. Se trató de un gran éxito diplomático de nuestro país ante la organización (94 votos a favor, 14 abstenciones y ninguno en contra).

La “Cuestión Malvinas” fue reconocida desde entonces como diferente de otros antecedentes de colonialismo, porque no existe allí un pueblo sujeto a la dominación o explotación extranjera, como estipula la Resolución 1514 y, por lo tanto, no resulta aplicable el Principio de Autodeterminación, sino el otro principio rector de la descolonización: la integridad territorial.

Es que las manifestaciones del colonialismo son diversas y, en este caso, luego de desalojar a los habitantes de las islas y su gobierno en 1833, el Reino Unido prohibió su regreso y trasplantó a un conjunto de ciudadanos británicos convirtiéndolos, así, en instrumento de su dominación.

Desde aquella Resolución de 1965, la ONU ha venido instando a las dos partes a retomar las negociaciones por la soberanía de las islas. Ni siquiera el conflicto armado de 1982 alteró para la ONU la vigencia ni la naturaleza política y jurídica de la disputa de soberanía, al punto que al final de ese año pidió a ambos gobiernos que reanudaran negociaciones bilaterales.

El Comité de Descolonización de la ONU, integrado actualmente por 28 miembros, rechaza la negativa británica a buscar una solución negociada y ha sido testigo a través de los años del firme compromiso argentino, hoy renovado, con una solución de la disputa que respete el modo de vida y los intereses de los habitantes de las islas, consagrado hasta en la Constitución Nacional de 1994.

Hace 200 años, una nación se levantaba contra el doble estándar de ciudadanía, soberanía y libertad que pretendía legitimar una potencia colonialista en tierras americanas, y nacía la Argentina. Hace 50 años, la ONU abrió pacíficamente la puerta para erradicar ejemplos de esa doble vara, y decenas de colonias pudieron convertirse en Estados libres y soberanos, hoy miembros plenos de las Naciones Unidas.

El mismo camino, de convicción, firmeza y perseverancia es el que nos llevará en el tiempo, de la mano de la diplomacia y con la solidaridad regional, a recuperar lo que siempre ha sido nuestro por derecho.

Entonces, hablar de la “Cuestión Malvinas” será también parte de esa historia aún por escribir.

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