Washington D.C, 4 de febrero de 2011 – La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urge a Estados Unidos a suspender las deportaciones a Haití de personas de origen haitiano que padecen enfermedades graves o que tienen familiares en Estados Unidos.
Tras el desastre natural que azotó a Haití el 12 de enero de 2010, el gobierno de Estados Unidos suspendió las deportaciones a ese país de personas con sentencias o cargos criminales. De acuerdo a la información recibida, el gobierno anunció el 9 de diciembre de 2010 el levantamiento de dicha suspensión, y los medios de comunicación informaron que el 20 de enero de 2011 se reanudaron las deportaciones de haitianos con antecedentes penales.
La deportación a Haití de personas que sufren enfermedades graves puede poner en riesgo sus vidas, considerando la crisis humanitaria que persiste en el país y, en especial, las condiciones de detención en las cárceles y penitenciarías. Según información recibida por la Comisión, los centros de detención en Haití están superpoblados, y la carencia de agua potable y de instalaciones sanitarias e higiénicas adecuadas facilitaría la transmisión de cólera, tuberculosis y otras enfermedades. Asimismo, preocupa a la CIDH que al llegar a Haití, las personas con enfermedades graves podrían permanecer detenidas sin acceso a alimentos, agua potable y tratamiento médico adecuado. En este sentido, organizaciones de defensa de inmigrantes en Estados Unidos han informado que una persona de origen haitiano deportada a Haití el 20 de enero de 2011 murió en una cárcel de ese país por causas aún no determinadas oficialmente, tras sufrir síntomas de cólera. Por otra parte, la Comisión Interamericana ha recibido información preocupante sobre personas con procesos pendientes de deportación que tienen familiares directos, inclusive hijos, en Estados Unidos, y que varias de estas personas no tienen ningún familiar en Haití.
En virtud de las anteriores consideraciones, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos insta a Estados Unidos a suspender las deportaciones a Haití de personas con enfermedades graves o que tienen lazos familiares en Estados Unidos. Esta suspensión debería mantenerse hasta que Haití pueda garantizar que las condiciones de detención y el acceso a tratamiento médico cumplen con los mínimos estándares aplicables, y hasta que los procedimientos de determinación y de revisión de las deportaciones puedan tomar en cuenta de manera adecuada el derecho a la vida familiar y los lazos familiares que tienen en Estados Unidos las personas sujetas de proceso de deportación.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.
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