El Reino Unido contra el principio de Libre Determinación
Sábado 18 de Mayo de 2013. Información para la Prensa N°: 106/13
El viernes 17 de mayo pasado, el plenario de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una Resolución a favor de la libre determinación de la Polinesia Francesa. Se trata de un nuevo avance en el proceso de eliminación del colonialismo en el mundo, que contó con un gran consenso de la comunidad internacional y al que la Argentina apoyó con contundencia pero que el Reino Unido rehusó respaldar.
La Argentina está convencida de que la descolonización debe ser un proceso supervisado por las Naciones Unidas, y en el que las potencias administradoras asuman plenamente las responsabilidades que les caben de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y las resoluciones pertinentes de la Asamblea General. Lo exigimos para la Cuestión Malvinas y para todos los enclaves coloniales que aún perduran en pleno siglo XXI.
La Polinesia Francesa, territorio compuesto por un conjunto de islas ubicadas en el Pacífico y pobladas desde el año 300 por polinesios autóctonos, fue objeto de las ambiciones colonialistas de distintos países durante siglos. En 1889, Francia estableció su protectorado sobre las islas y, en 1946, cambió su estatus territorial por aquel de “territorio francés de ultramar”. Ese mismo año la Polinesia Francesa fue inscripta en la lista de territorios no autónomos de las Naciones Unidas.
La Carta de las Naciones Unidas dispone la obligación de las “potencias administradoras” de transmitir regularmente información sobre las condiciones imperantes en los territorios bajo su administración. Francia decidió unilateralmente dejar de brindar información sobre la Polinesia Francesa logrando así que en 1963 el territorio fuera removido de la lista, sin autorización de la Asamblea General. El viernes pasado la Asamblea General con el apoyo de nuestro país, entre otros, reinició el proceso de descolonización de la Polinesia Francesa.
La posición del Reino Unido, rechazando el texto adoptado el viernes demuestra, una vez más, el doble estándar británico respecto del derecho a la libre determinación de los pueblos al disociarse de una resolución a favor del derecho de la libre determinación del pueblo de la Polinesia Francesa. Dicha decisión es similar con su posición en otros casos de descolonización, tal como el del archipiélago de Chagos, donde desarraigó a sus habitantes nativos, privándolos al día de hoy de su derecho a retornar a sus tierras. Mientras tanto, el Reino Unido alega tal principio como “derecho” inalienable de una población británica transplantada en las Islas Malvinas luego de haberlas ocupado militarmente. Con ello, no hace sino encubrir una anacrónica situación colonial.
Por el contrario, nuestro país reafirma su firme compromiso con la libre determinación de todos los pueblos que, como el Polinesio, se encuentran sometidos a diferentes formas y manifestaciones de colonialismo, de conformidad con las resoluciones pertinentes de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Cabe recordar que ninguna de las más de 40 resoluciones de las Naciones Unidas sobre la Cuestión de las Islas Malvinas se refiere a la libre determinación. Las Naciones Unidas han definido a la Cuestión como un caso colonial “especial y particular” que involucra una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido, instando a ambas partes a reanudar las negociaciones bilaterales para encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía.
El Reino Unido intenta forzar la interpretación del principio de la libre determinación para la cuestión Malvinas cuando las Naciones Unidas no lo consideran aplicable, pero lo niega en contra de los derechos de los pueblos de Polinesia y Chagos y otros pueblos que exigen su derecho a la autodeterminación. Hipocresía colonial.