Corte Permanente de Justicia Internacional

Interpretación del Acuerdo Greco-Búlgaro de 9 de diciembre de 1927 (Acuerdo Caphandaris-Molloff) [1932] Corte Permanente de Justicia Internacional, Serie A/B, No. 45

Interpretación del Acuerdo Greco-Búlgaro de 9 de diciembre de 1927 (Acuerdo Caphandaris-Molloff)

Opinión Consultiva

8 de marzo de 1932

 

Presidente: Adatci
Vicepresidente: Guerrero
Jueces: Barón Rolin-Jaequemyns, Conde Rostworowski, Fromageot, Altamira, Anzilotti, Urrutia, Sir Cecil Hurst, Schücking, Jhr. Van Eysinga, Wang
Juez(es) ad hoc: Caloyanni, Papazoff

 

[p68] EL TRIBUNAL
compuesto como arriba,
emite la siguiente opinión: [p69]

[1] El 19 de septiembre de 1931, el Consejo de la Sociedad de Naciones adoptó la siguiente Resolución:

“El Consejo,
Habiendo tomado nota de los puntos de vista expuestos por los representantes de Bulgaria y Grecia;
Considerando que el Gobierno búlgaro ha planteado la cuestión de si el Gobierno griego tenía derecho a establecer una conexión entre, y compensar una con otra, su deuda con los refugiados búlgaros en virtud del Acuerdo Molloff-Caphandaris y la deuda de reparación del Gobierno búlgaro;
Considerando que el Gobierno búlgaro sostiene que estas dos deudas son de naturaleza totalmente diferente;
Considerando que, en opinión del Gobierno griego, no existe ninguna controversia en cuanto a la interpretación del Acuerdo Molloff-Caphandaris;
Observando que las respectivas obligaciones financieras de los dos Gobiernos, respecto de las cuales han surgido las dificultades así sometidas al Consejo, fueron contraídas en virtud de instrumentos internacionales que vinculan por igual a ambos Gobiernos y cuya ejecución no puede en ningún caso suspenderse sino por acuerdo entre todas las Partes signatarias;
Convencido de que dicho acuerdo debe buscarse con extrema urgencia sobre una base práctica respecto a los pagos del año en curso, reservándose todas las cuestiones de derecho,
Invita a los dos Gobiernos a celebrar consultas conjuntas con el fin de alcanzar este resultado lo antes posible, continuando en el intervalo el servicio de sus mencionadas deudas;

Sin perjuicio de lo que antecede, decide solicitar al Tribunal Permanente de Justicia Internacional que examine, desde el punto de vista jurídico, si existe, de hecho, un litigio entre Grecia y Bulgaria en virtud del artículo 8 del Acuerdo Caphandaris-Molloff y, en caso afirmativo, que emita un dictamen consultivo sobre la naturaleza de las obligaciones derivadas de dicho Acuerdo;
Toma nota con gran satisfacción de las declaraciones de los dos Gobiernos relativas a su deseo recíproco de llegar a una solución general de las demás dificultades que subsisten entre ellos;
Hace un llamamiento urgente a su espíritu de conciliación y les invita a entablar negociaciones lo antes posible con miras a lograr este resultado.” [p70]

[2] El mismo día, y de conformidad con la decisión contenida en la Resolución arriba mencionada, el Consejo adoptó una segunda Resolución como sigue

“El Consejo,
En vista de las declaraciones hechas en su sesión del 7 de septiembre de 1931 por los representantes de Bulgaria y de Grecia,
A la vista de las notas presentadas por el Gobierno búlgaro el 7 de agosto y los días 3, 14 y 17 de septiembre de 1931, y de las notas presentadas por el Gobierno griego los días 2, 5, 8, enésima, 15, 18 y 19 de septiembre de 1931,
Solicita a la Corte Permanente de Justicia Internacional que emita una opinión consultiva sobre los siguientes puntos:

En el caso que nos ocupa, ¿existe un litigio entre Grecia y Bulgaria en el sentido del artículo 8 del Acuerdo Caphandaris-Molloff celebrado en Ginebra el 9 de diciembre de 1927?
En caso afirmativo, ¿cuál es la naturaleza de las obligaciones pecuniarias derivadas de dicho Acuerdo?”.

Invita a los Gobiernos de Bulgaria y Grecia a ponerse a disposición del Tribunal con el fin de proporcionar toda la documentación y explicaciones pertinentes.
El Secretario General está autorizado a presentar esta solicitud al Tribunal, a prestar toda la asistencia necesaria para el examen de la cuestión y, en caso de necesidad, a tomar medidas para hacerse representar ante el Tribunal.”

[3] En cumplimiento de esta última Resolución, el Secretario General, el 26 de septiembre de 1931, transmitió a la Corte una solicitud de opinión consultiva en los siguientes términos:

“El Secretario General de la Sociedad de Naciones, en cumplimiento de la Resolución del Consejo de 19 de septiembre de 1931, y en virtud de la autorización dada por el Consejo,
tiene el honor de presentar a la Corte Permanente de Justicia Internacional una solicitud en la que pide a la Corte, de conformidad con el artículo 14 del Pacto, que emita una opinión consultiva para el Consejo sobre las cuestiones que se remiten a la Corte en virtud de la Resolución de 19 de septiembre de 1931. [p71] El Secretario General estará dispuesto a prestar toda la asistencia que la Corte pueda requerir en el examen de este asunto y, en caso necesario, se hará representar ante la Corte”.

[4] La solicitud fue registrada en la Secretaría del Tribunal el 28 de septiembre de 1931. A la solicitud se adjuntaron los textos de los acuerdos internacionales citados ante el Consejo, las notas intercambiadas sobre la cuestión por los dos Gobiernos interesados y las actas que recogían las declaraciones de los representantes de dichos Gobiernos en la reunión del Consejo.

[5] Mediante carta del 1 de octubre de 1931, el Secretario General envió también al Secretario una copia del acta de la reunión del Consejo de la Sociedad de las Naciones del 19 de septiembre de 1931, en la que se discutieron y adoptaron las resoluciones arriba mencionadas.

[6] De conformidad con el artículo 73, párrafo 1, subpárrafo 1, del Reglamento de la Corte, la solicitud fue comunicada a los Miembros de la Sociedad de Naciones y a los Estados facultados para comparecer ante la Corte. Además, el Secretario, mediante una comunicación especial y directa, informó a los Gobiernos búlgaro y griego, considerados por la Corte como susceptibles, de conformidad con el artículo 73, párrafo 1, subpárrafo 2, del Reglamento, de proporcionar información sobre las cuestiones sometidas a la Corte para una opinión consultiva, que la Corte estaba dispuesta a recibir de ellos declaraciones escritas y, si así lo deseaban, a oír los alegatos orales presentados en una audiencia pública que se celebraría a tal efecto. Los representantes de los Gobiernos interesados ya habían sido consultados en cuanto a la duración de los plazos dentro de los cuales dichos Gobiernos estarían dispuestos a presentar las declaraciones escritas que desearan presentar.

[7] En estas circunstancias, y teniendo debidamente en cuenta las sugerencias hechas por los representantes antes mencionados, el Tribunal, por una Orden dictada el 3 de octubre de 1931, fijó el 15 de diciembre de 1931 como fecha para que cada uno de los dos Gobiernos presentara una declaración escrita en la Secretaría, y el 1 de febrero de 1932 como fecha para que cada uno de ellos presentara una segunda declaración. A petición del Agente del Gobierno griego y con el consentimiento del Agente del Gobierno búlgaro, el primero de estos plazos fue posteriormente prorrogado hasta el 5 de enero de 1932; del mismo modo, a petición del Agente del Gobierno búlgaro y con el consentimiento del Agente del Gobierno griego, el segundo plazo fue prorrogado hasta el 10 de febrero de 1932. Antes de la expiración de estos plazos, así prorrogados, se habían presentado memoriales y contramemoriales en nombre de los Gobiernos búlgaro y griego.

[8] Por último, en el curso de las sesiones públicas celebradas los días 12 y 13 de febrero de 1932, el Tribunal escuchó los alegatos orales presentados por M.Th. Theodoroff, Agente, en nombre del Gobierno búlgaro, y por M. N. Politis, Abogado, en nombre del Gobierno griego.

[9] Además de las declaraciones y observaciones de los Gobiernos interesados y de los documentos transmitidos por el Secretario General, como se ha mencionado anteriormente, el Tribunal ha tenido ante sí una serie de documentos presentados, ya sea durante el procedimiento escrito o en la vista, por los representantes de los dos Gobiernos [FN1].

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[Ver lista en Anexo
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[10] Como ninguno de los Estados directamente interesados contaba con un juez de su nacionalidad, los Gobiernos búlgaro y griego hicieron uso de su derecho, en virtud del artículo 71 del Reglamento del Tribunal, a elegir cada uno un juez ad hoc para conocer del asunto. El Tribunal, considerando que la cuestión sometida a su dictamen consultivo se refería a un litigio existente entre Bulgaria y Grecia, en el sentido del artículo 71, apartado 2, del Reglamento del Tribunal, aprobó estos nombramientos.

[11] Siendo el sometimiento del asunto en todos sus aspectos regular, es en estas circunstancias en las que el Tribunal debe pronunciarse ahora.

***

[12] La primera de las dos cuestiones sobre las que se pide al Tribunal que se pronuncie es la siguiente:

“En el caso de autos, ¿existe un litigio entre Grecia y Bulgaria en el sentido del artículo 8 del Acuerdo Caphandaris-Molloff celebrado en Ginebra el 9 de diciembre de 1927?”. [p73]

[13] La cuestión sometida al Consejo había sido presentada por el Gobierno búlgaro en una carta fechada el 7 de agosto de 1931, dirigida por el encargado de negocios búlgaro en Berna al Secretario General de la Sociedad de Naciones, en los siguientes términos [FN1]:

“El 31 de julio pasado, el Gobierno griego debía pagar al Gobierno búlgaro, de conformidad con el artículo 4 del Acuerdo Molloff-Caphandaris del 9 de diciembre de 1927, una suma que ascendía a unos 63 millones de levas. Este pago no se efectuó.
El Gobierno griego afirma que tiene derecho a vincular su deuda con los refugiados búlgaros con la deuda del Gobierno búlgaro en concepto de reparación y a compensar una con la otra. Sin embargo, estas deudas son de naturaleza totalmente diferente y es jurídicamente inadmisible compensar una con la otra.
Dado que el Acuerdo Molloff-Caphandaris se celebró bajo los auspicios de la Sociedad de Naciones, mi Gobierno me ha encargado que le solicite que tenga la bondad de plantear la cuestión mencionada ante el Consejo en su próxima sesión, con especial referencia al artículo 8 del Acuerdo.”

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[Traducción comunicada por el Secretario General de la Sociedad de Naciones
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[14] La deuda mencionada en el segundo párrafo de la carta como deuda con los refugiados búlgaros es la misma que la mencionada en el primer párrafo, donde se afirma que el 31 de julio de 1931, el Gobierno griego debía pagar al Gobierno búlgaro, de conformidad con el artículo 4 del Acuerdo Caphandaris-Molloff, cierta suma de dinero.

[15] Cuando el Gobierno búlgaro pide en esta carta que la “cuestión mencionada” pueda ser llevada ante el Consejo, se refiere a la pretensión del Gobierno griego de vincular (lier) entre sí la deuda griega de emigración y la deuda búlgara de reparación y de compensar una con la otra. El Gobierno búlgaro alega que esta reclamación es jurídicamente inadmisible porque ambas deudas son de naturaleza totalmente diferente. La cuestión se somete al Consejo porque, en virtud del artículo 8 del Acuerdo Caphandaris-Molloff, “cualquier diferencia en cuanto a la interpretación del presente Acuerdo será resuelta por el Consejo de la Sociedad de Naciones, que decidirá por mayoría de votos”. [p74]

[16] La referencia que la carta del Gobierno búlgaro hace al artículo 8 muestra que, en opinión de ese Gobierno, la reclamación es competencia del Consejo por depender de la interpretación del Acuerdo Caphandaris-Molloff.

*

[17] Antes de proseguir con la exposición de los hechos, conviene explicar el origen de las dos deudas a las que se hace referencia en la carta búlgara del 7 de agosto.

[18] El origen de la deuda de reparación búlgara se encuentra en el artículo 121 del Tratado de Paz de Neuilly. En virtud de dicho artículo, Bulgaria se comprometía a pagar una suma de 2 millones de francos oro en concepto de reparación; el mismo artículo establecía la forma en que debía pagarse dicha suma [19].

[19] Posteriormente, tanto la suma a pagar como la forma en que debía ser pagada sufrieron modificaciones, quedando el arreglo final plasmado en el Acuerdo sobre el pago de las reparaciones búlgaras concluido en La Haya el 20 de enero de 1930. Este Acuerdo preveía el pago por Bulgaria de un cierto número de anualidades pagaderas en dos plazos semestrales iguales el 30 de septiembre y el 31 de marzo de cada año. El 5 de marzo de 1931, se firmó un “Acuerdo Fiduciario” entre los Gobiernos acreedores de los pagos de las reparaciones búlgaras y el Banco de Pagos Internacionales de Basilea. Por este acuerdo, el Banco se convirtió en el Fiduciario de los Gobiernos acreedores para recibir, administrar y distribuir las anualidades de reparación pagaderas por Bulgaria después de la entrada en vigor del acuerdo. En virtud del artículo 5, párrafo 1, de este acuerdo, que fue aceptado por Bulgaria, los ingresos destinados al pago de las anualidades de reparación debían ingresarse, en la forma establecida en el Reglamento para la ejecución de los Protocolos de 21 de marzo y 24 de septiembre de 1928, en una cuenta especial del Tesoro Público Especial de Bulgaria en el Banco Nacional de Bulgaria (Cuenta “A.”). En esta cuenta, el Banco Nacional debía cargar el día 15 de cada mes la suma en levas necesaria para abonar en divisas [p75] una cuenta abierta en sus libros a nombre del Fiduciario (Cuenta “В.”) con un número de francos oro igual a la sexta parte de los pagos semestrales que vencían el 31 de marzo y el 30 de septiembre.

[20] La distribución entre las potencias acreedoras de la suma pagada por Bulgaria es efectuada por el Banco de Pagos Internacionales. La parte griega es de aproximadamente el 75% [21].

[21] En cuanto a la deuda griega de emigración, su origen se encuentra en el Convenio entre Grecia y Bulgaria firmado en Neuilly el 27 de noviembre de 1919, en aplicación del artículo 56 del Tratado de Paz de Neuilly concluido ese mismo día. Este Convenio tenía por objeto facilitar la emigración recíproca y voluntaria de los miembros de las minorías raciales, religiosas o lingüísticas de Grecia y Bulgaria al país al que étnicamente estuvieran afines. La interpretación de algunas de las disposiciones de este Convenio fue examinada por el Tribunal en su Opinión Consultiva (Comunidades Greco-Búlgaras) nº 17, de 31 de julio de 1930.

[22] El Convenio disponía, entre otras cosas, que los bienes inmuebles de las personas que emigraban debían ser liquidados y su precio pagado al emigrante; el Gobierno del país del que emigraba el individuo debía pagar por estos bienes y convertirse en su propietario. El Convenio creó una Comisión Mixta con poderes muy amplios. En virtud del artículo 9, la Comisión Mixta se encargará de supervisar y facilitar la emigración voluntaria a que se refiere el Convenio y de liquidar los bienes inmuebles de los emigrantes; fijará las condiciones de emigración y de liquidación de los bienes inmuebles. En general, tenía plenos poderes para tomar las medidas que resultaran necesarias para la ejecución del Convenio y para decidir todas las cuestiones a que éste pudiera dar lugar. En virtud del artículo 10, el Gobierno del país en el que se efectuase la liquidación debía pagar a la Comisión Mixta, en las condiciones que ésta fijase y para su transmisión a las Partes legítimas, el valor de los bienes inmuebles liquidados, que seguirían siendo propiedad de dicho Gobierno.

[23] La intención original de los redactores del Convenio era, al parecer, que los emigrantes recibieran el pago de sus bienes liquidados en metálico, pero pronto quedó claro que, debido a la embarazosa situación financiera de los dos países interesados y a las dificultades de cambio, esta solución no era factible. De hecho, la financiación del plan se convirtió en una dificultad considerable. Hasta el 6 de marzo de 1922, la Comisión Mixta no pudo poner en vigor su Reglamento. Los artículos 19, 20 y 21 del Reglamento trataban de los pagos por bienes liquidados. El artículo 19 establecía que, en general, el 10 % de la suma adeudada al emigrante debía pagarse en metálico y el resto en bonos remunerados del Estado al que habían pasado los bienes. Estos bonos debían estar cubiertos por garantías suplementarias para que el emigrante pudiera realizar el importe por el que habían sido emitidos y obtener así fondos para su instalación en el país de su adopción[24].

[24] Cuando el sistema se elaboró en detalle, fue necesario introducir nuevos cambios. En diciembre de 1922, la Comisión Mixta, con el acuerdo de los dos Gobiernos, introdujo el llamado “Plan de Pagos” [25].

[25] En virtud de este Plan, los bonos que debían emitirse a un emigrante en pago de los bienes liquidados por la Comisión Mixta (en la medida en que no se le pagara en efectivo) debían ser bonos del Estado al que había emigrado en lugar de bonos del Estado que había abandonado y al que habían pasado sus bienes. Las propiedades liquidadas debían constituir un “fondo de garantía” como garantía adicional de los bonos, no permitiéndose al Gobierno del país en el que estuvieran situadas las propiedades enajenar ninguna de ellas a menos que pagara el precio de la propiedad. En cuanto a los dos Estados, cada Gobierno se convertiría en acreedor del otro por el importe total de la deuda que había contraído con los emigrantes que llegaron y se establecieron en su territorio. El Estado que en el balance debía la mayor suma al otro debía, salvo acuerdo en contrario, entregar bonos al portador calculados en dólares, pagando un interés del 6 %, pagadero semestralmente, siendo los bonos pagaderos a la par en seis años por sorteo. [p77]

[26] Cinco años más tarde fue necesario modificar ciertas disposiciones de este Plan de Pagos. Habían surgido dificultades en relación con el fondo de garantía. Bajo los auspicios del Consejo de la Sociedad de Naciones y con la ayuda activa del Comité Financiero de la Sociedad, se llegó a un acuerdo, conocido como Acuerdo Caphandaris-Molloff, el 9 de diciembre de 1927 [27].

[27] Este Acuerdo no modificaba en lo esencial el sistema adoptado en el Plan de Pagos, pero variaba algunos detalles, sobre todo en lo que se refiere a la forma de los bonos y al plazo de amortización de los mismos. Preveía la fijación semestral por la Comisión Mixta, de acuerdo con el Ministerio de Hacienda de cada país, del valor nominal total de los bonos emitidos a los emigrantes durante ese período, y la comparación de los totales así emitidos en levas y dracmas respectivamente. El artículo 4 preveía el pago semestral, por el Gobierno que hubiera emitido la menor cantidad de bonos al Gobierno que hubiera emitido la mayor cantidad de bonos, del equivalente del interés semestral sobre el importe de los bonos equivalente a su deuda, junto con el fondo de amortización, si lo hubiera, debido por dichos bonos.

[28] El sistema financiero previsto en el artículo 4 debía ser sustituido por otro sistema (art. 5) tan pronto como la emisión de obligaciones a los emigrantes estuviera a punto de concluir, es decir, tan pronto como los trabajos de la Comisión Mixta estuvieran llegando a su fin. A partir de ese momento, se fijaría el importe definitivo del saldo adeudado por el Estado deudor. La suma adeudada se liquidaría mediante sesenta pagos semestrales. El sistema previsto en el artículo 5 no había entrado en vigor en septiembre de 1931, por lo que no es necesario describirlo en detalle.

[29] Bulgaria es el Estado que ha emitido la mayor cantidad de bonos a los emigrantes y, por lo tanto, Grecia, en virtud del artículo 4, estaba obligada a pagar semestralmente a Bulgaria, hasta el momento en que se fijara el total definitivo en virtud del artículo 5, [p78] el equivalente de los intereses semestrales sobre la cantidad de bonos equivalente a su deuda, junto con el fondo de amortización, en su caso, adeudado por dichos bonos.

[30] Es la suma adeudada por Grecia a Bulgaria en concepto de intereses y fondo de amortización de estos bonos lo que se describió en los memorandos presentados al Comité de Expertos de Londres, mencionado más adelante, y en los diversos documentos presentados al Consejo de la Sociedad de Naciones como la “deuda Caphandaris-Molloff”. En el primer párrafo de la carta búlgara del 7 de agosto de 1931, en la que se somete el litigio al Consejo de la Sociedad, se hace referencia a uno de estos pagos semestrales en virtud del artículo 4.

*

[31] El Gobierno búlgaro no discute que la divergencia de opiniones entre él y el Gobierno griego, que condujo al procedimiento ante el Consejo y a las cuestiones que ahora se someten al Tribunal para dictamen consultivo, surgió en relación con la propuesta presentada el 20 de junio de 1931 por el Presidente Hoover de una moratoria de un año sobre determinadas deudas de guerra, aunque considera esta divergencia de opiniones como un litigio que existe independientemente de la moratoria.

[32] Las palabras iniciales del anuncio del Presidente Hoover fueron las siguientes:

“El Gobierno americano propone el aplazamiento durante un año de todos los pagos de las deudas intergubernamentales, reparaciones; y deudas de socorro, tanto del principal como de los intereses, por supuesto, sin incluir las obligaciones de los Gobiernos en manos de Partes privadas.”

[33] El gobierno griego se declaró dispuesto a aceptar la propuesta de Hoover bajo ciertas condiciones. En un memorándum presentado el 26 de junio de 1931 al ministro de los Estados Unidos en Atenas, explicaba que la propuesta, si iba a cubrir no sólo las reparaciones alemanas sino también lo que se conoce como [p79] reparaciones orientales, colocaría a Grecia en una posición muy peculiar debido a la naturaleza particular de algunas de sus reclamaciones y obligaciones. El Gobierno griego añadió que sólo podría aceptar la propuesta si se adoptaban las medidas adecuadas para superar la peculiar situación en la que se encontraría. A este respecto, el Gobierno griego declaró que “otra deuda griega que es justo incluir en la moratoria si Bulgaria va a beneficiarse de ella es el saldo deudor del que somos responsables como consecuencia de la aplicación del Convenio de Neuilly de 1919 sobre la emigración greco-búlgara. Este Convenio, como también los acuerdos de Reparación, forma parte de la herencia de la guerra.”

[34] En el curso de una entrevista, algunos días más tarde, con el ministro de los Estados Unidos, M. Vénizélos, hablando de la suma por la que Bulgaria era acreedora de Grecia en concepto de emigración, se expresó de la siguiente manera: “En los acuerdos que han regulado el pago …. se trata enteramente de una deuda de un Gobierno con el otro. Por lo tanto, no cabe duda de que la suma por la que Bulgaria es acreedora entra en el ámbito de la propuesta de Hoover. No obstante, el Gobierno griego desearía saber si el Gobierno americano considera fundada su opinión sobre esta cuestión.”

35] El texto de estas declaraciones fue comunicado al ministro búlgaro en Atenas el 7 de julio de 1931 y se enviaron instrucciones al encargado de negocios griego en Sofía para que explicara al gobierno búlgaro la actitud griega hacia Bulgaria con respecto a la propuesta Hoover y para que dijera que las dos deudas eran en realidad de la misma naturaleza [36].

[36] Por su parte, el gobierno búlgaro estaba desde el principio deseoso de aceptar la propuesta del presidente Hoover, pero el primer documento que indica la actitud búlgara cuyo texto está ante el Tribunal es un telegrama que el ministro de Finanzas búlgaro envió al Banco de Pagos Internacionales el 14 de julio de 1931. Este telegrama decía que el Gobierno búlgaro estaba convencido de que la propuesta de Hoover se aplicaba también a Bulgaria y, por lo tanto, consideraba que debía suspender el pago de los ingresos destinados al pago de las reparaciones en la Cuenta “A.” del [p80] Banco Nacional, según lo dispuesto en el artículo 5 del Acuerdo de Fideicomiso, y del crédito del 15 de julio de 1931 en la Cuenta “B.” del Banco de Pagos Internacionales en el Banco Nacional. El telegrama continuaba diciendo que el Gobierno búlgaro solicitaba el permiso del Banco para liberar en beneficio del Tesoro búlgaro las sumas acreditadas en la Cuenta “B.” del Banco los días 15 de abril, 15 de mayo y 15 de junio de 1931.

37] A partir de entonces, Bulgaria dejó de hacer la provisión mensual de las sumas necesarias para el pago semestral de su cuota de Reparación a finales de septiembre [38].

[38] El telegrama búlgaro fue comunicado a su debido tiempo por el Banco a los acreedores de la reparación de Bulgaria, entre ellos Grecia. La respuesta del Gobierno griego el 30 de julio de 1931 fue una negativa a aceptar la propuesta búlgara. Declaró que no se había concluido ningún acuerdo internacional que diera derecho a Bulgaria a suspender sus pagos de reparación a Grecia y que la propuesta Hoover no podía ser invocada en estas circunstancias, ya que la propuesta estaba en suspenso y aún no había sido aceptada por el Gobierno griego.

[39] Dos días más tarde, en una carta fechada el 1 de agosto de 1931, Grecia comunicó al Presidente de la Comisión Mixta que se veía obligada a suspender el pago del importe semestral de la deuda de la Emigración Griega, diciendo que la cuestión formaba parte de una serie de problemas planteados por la propuesta Hoover que eran entonces objeto de discusiones en Londres.

40] Las circunstancias a las que el Ministro de Finanzas griego se refería en estas dos cartas del 30 de julio y del 1 de agosto como causantes del retraso en la puesta en vigor del Plan Hoover, habían conducido también al nombramiento de un Comité Internacional de Expertos para investigar la cuestión y recomendar las medidas necesarias para dar efecto a la propuesta [41].

[41] Grecia dirigió un memorándum al Comité, en el que señalaba sus objeciones desde un punto de vista general a la extensión de la propuesta Hoover a las reparaciones orientales, y exponía las condiciones en las que estaba dispuesta [p81] a aceptar la propuesta americana. Por lo que a ella se refería, dijo que no se esforzaría por obtener ningún beneficio de la moratoria propuesta; pero no deseaba, “por otra parte, sufrir ninguna pérdida”. No podía aceptar el principio de suspensión a menos que se salvaguardara su equilibrio financiero. A continuación, indicó la manera de alcanzar este objetivo. A la lista de las sumas que Grecia debería haber recibido en concepto de reparaciones y cuyo pago se suspendería en virtud del Plan Hoover, siguió una lista de los pagos de los que Grecia era responsable y que deberían suspenderse. En esta lista de deudas griegas figura la deuda derivada del Acuerdo Caphandaris-Molloff, que se describe en una nota a pie de página de la siguiente manera: “La deuda resultante del Acuerdo Caphandaris-Molloff es una deuda entre Gobiernos. Representa la liquidación de una emigración y es el resultado de un convenio que forma parte integrante del Tratado de Neuilly que puso fin a la guerra.”

[42] El Gobierno búlgaro también presentó un memorándum al Comité de Expertos. El texto de este memorándum no ha sido presentado ante el Tribunal, pero su contenido se recoge en el informe del Comité de Expertos [43].

[43] Este informe indicaba que el Gobierno griego estaba dispuesto a aceptar la suspensión de pagos por parte de Alemania, pero que tenía dificultades en cuanto a la suspensión de pagos por parte de Bulgaria. Estas dificultades se explicaban en la sección del informe que trataba de la deuda de reparación búlgara, en los siguientes términos:

“15. A reserva de las observaciones que figuran en el párrafo 13 por lo que se refiere al Fondo “A”, reconocemos que los pagos de Bulgaria también deberían aplazarse en condiciones similares a las mencionadas en el párrafo anterior. Pero tenemos que informar que, antes de que pueda concluirse el acuerdo necesario a este fin, deberá superarse la dificultad que ha surgido en relación con la deuda resultante del Acuerdo Caphandaris-Molloff.

Esta deuda representa el saldo deudor que Grecia tiene que pagar al Gobierno búlgaro como resultado de cuadrar las [p82] cuentas relativas a las propiedades dejadas por los refugiados búlgaros en Grecia y por los refugiados griegos en Bulgaria. El Gobierno griego tendrá que pagar unas 190.000 libras esterlinas al Gobierno búlgaro por este concepto durante el “Año Hoover”.
El Gobierno búlgaro sostiene que los pagos se refieren a propiedades privadas, que benefician a obligacionistas privados y que los acuerdos celebrados para que los Gobiernos actúen como canalizadores de parte de estos pagos no alteran su naturaleza fundamental de deudas privadas.
El Gobierno griego sostiene que esta deuda es una deuda intergubernamental, porque es debida y pagada por un Gobierno a otro, porque no se indica en ninguna parte del Acuerdo pertinente que las sumas así pagadas se destinarán al servicio de cualesquiera obligaciones en poder de particulares y, por último, porque no existen títulos en poder de emigrantes búlgaros que lleven el nombre del Gobierno griego como deudor.
El Gobierno griego subraya además las dificultades en que se vería colocado si la propuesta del Presidente Hoover se aplicara a las reparaciones no alemanas, de las que Grecia recibe el 76,73 por ciento, y considera inadmisible que se suspendan los pagos búlgaros a Grecia mientras continúan sin interrupción los pagos griegos a Bulgaria.
No creemos que sea de nuestra competencia decidir la diferencia de opinión expuesta. En este como en otros casos en los que se han expresado dudas sobre si las deudas son de naturaleza intergubernamental, consideramos que la cuestión debe ser resuelta por los dos Gobiernos interesados.
Debemos, sin embargo, hacer constar nuestra opinión enfática de que es deseable que se llegue a un arreglo práctico, y esperamos que los Gobiernos búlgaro y griego aborden el asunto con el espíritu más conciliador posible, de modo que pueda alcanzarse este fin.”

[44] La actitud griega en ese momento se desprende claramente de los documentos mencionados. Por razones financieras, Grecia no podía aceptar seguir pagando la deuda de Emigración si dejaba de recibir su parte de la deuda de Reparación búlgara. Estaba convencida de que la deuda griega de Emigración era una deuda intergubernamental que debía incluirse en el ámbito de aplicación de la moratoria Hoover, y a menos que esta opinión fuera aceptada por los demás Gobiernos interesados, no estaba dispuesta a ser Parte en ningún acuerdo que tuviera como consecuencia la suspensión de las sumas que se le debían. [p83]

[45] La actitud búlgara es igualmente clara. Bulgaria se opuso a la pretensión griega de incluir la deuda Caphandaris-Molloff en el ámbito de aplicación de la propuesta Hoover. Si eso se hacía, disminuiría la medida en que ella consideraba que debía beneficiarse del Plan Hoover.

[46] En el momento de la firma del Protocolo relativo a las reparaciones alemanas, el 9 de agosto de 1931, Grecia hizo una declaración en los siguientes términos:

“El Delegado griego abajo firmante desea declarar que al firmar el Protocolo relativo a la suspensión de los pagos de las Reparaciones alemanas para el año 1931-1932, Grecia tiene que definir que acepta la propuesta del Presidente de los Estados Unidos en lo que concierne a las Reparaciones alemanas, y que está dispuesta a concurrir a esas propuestas en lo que concierne a las Reparaciones orientales en las siguientes condiciones, es decir:
(a) En lo que concierne a las Reparaciones Húngaras, los pagos referentes a daños durante el período en que Grecia era neutral serán eximidos de la suspensión.
(b) En lo que concierne a las Reparaciones Búlgaras, los pagos por la ejecución del Acuerdo Caphandaris-Molloff se incluirán en la suspensión de pagos”.

[47] Los representantes búlgaros en Londres debieron entender que los Expertos no estaban dispuestos a dar curso a la reclamación búlgara, ya que la carta en la que sometían el asunto al Consejo estaba fechada cuatro días antes de la firma del informe del Comité de Expertos en Londres.

[48] Esta era la situación cuando Bulgaria planteó al Consejo la cuestión de si Grecia tenía derecho a conectar (lier) las dos deudas y compensar una con la otra.

[49] Los diversos memorandos presentados al Consejo por los representantes de los dos Gobiernos y los argumentos que emplearon en la reunión del Consejo cuando se discutió el asunto el 7 de septiembre de 1931, no se apartan materialmente del punto de vista adoptado y de los argumentos empleados en el momento de la reunión del Comité de Expertos en Londres, como muestra el informe de dicho Comité. Los representantes búlgaros siguen insistiendo en el argumento de que Bulgaria debería obtener una moratoria para sus pagos de reparación sin que dicha suspensión esté vinculada en modo alguno a la cuestión de la deuda Caphandaris-Molloff, ya que dicha deuda no tiene carácter intergubernamental sino que es una deuda contraída con personas privadas, a saber, los emigrantes, y no es por tanto una deuda que pueda compensarse con una deuda de reparación. Los representantes griegos siguen insistiendo en el argumento de que el Plan Hoover no puede aplicarse a las reparaciones búlgaras sin el consentimiento de los acreedores de Bulgaria; que, en su opinión, la deuda Caphandaris-Molloff era una deuda de un Gobierno con otro, y que Grecia sólo estaba dispuesta a aceptar la suspensión de las reparaciones búlgaras en condiciones de reciprocidad, es decir, que si se suspendían las reparaciones búlgaras, también debía suspenderse el pago de la deuda Caphandaris-Molloff.

[50] En estas circunstancias, el Consejo solicitó la opinión del Tribunal.

*

[51] La primera de las dos cuestiones planteadas al Tribunal de Justicia pregunta si existe en el caso de autos un litigio entre Grecia y Bulgaria en el sentido del artículo 8 del Acuerdo Caphandaris-Molloff. Por la expresión “en el caso de autos”, el Tribunal de Justicia entiende que se le pide que resuelva la cuestión sobre la base y en las circunstancias en que el Consejo conoció del litigio y que la resuelva a la luz de todas las consideraciones expuestas ante el Consejo hasta el momento en que éste decidió recurrir al Tribunal de Justicia.

[52] La cuestión que Bulgaria sometió al Consejo, a saber, si Grecia tenía derecho a conectar (lier) la deuda búlgara de Reparación y la deuda griega de Emigración y compensar una con la otra, es sólo otra forma de plantear la cuestión de la legitimidad de la actitud griega al insistir en la aceptación de su punto de vista, que si ella estaba de acuerdo con la aplicación del Plan Hoover [p85] a los pagos de Reparación de los que se beneficiaba, los pagos de la deuda griega de Emigración también debían incluirse en la suspensión. En efecto, insistió en que se aceptara su punto de vista de que la deuda de la emigración griega debía considerarse intergubernamental, e insistió también en que sólo en el caso de que se aceptara este punto de vista podría aceptar el Plan Hoover.

53] Más tarde, el Gobierno griego declaró que la condición de su aceptación del Plan Hoover era la suspensión de su deuda con Bulgaria, independientemente de la naturaleza de esa deuda en comparación con la naturaleza de la deuda búlgara [54].

[54] A este respecto, el Tribunal de Justicia considera oportuno hacer las siguientes observaciones.

[55] El derecho de Grecia a supeditar su aceptación del Plan Hoover a una condición no tiene nada que ver con el Acuerdo Caphandaris-Molloff.

[56] Por otra parte, debe admitirse que en la medida en que el Gobierno griego sostenía que la deuda en virtud del Acuerdo Caphandaris-Molloff era de la misma naturaleza que la deuda de reparación búlgara, planteaba una cuestión que no podía decidirse sin referirse a las estipulaciones convencionales en vigor entre Bulgaria y Grecia sobre el tema de la emigración de las minorías raciales, la liquidación de sus bienes y el pago del valor de los bienes liquidados.

[57] Sin embargo, en este caso hay que observar que, suponiendo que sea el Acuerdo Caphandaris-Molloff el que deba interpretarse, esta interpretación sólo tendría por objeto determinar si la deuda griega podría entrar en una u otra de las categorías contempladas en el Plan Hoover. Ello equivale a decir que la interpretación de este Acuerdo sólo podría plantearse como una cuestión incidental o preliminar a otra cuestión, que a su vez dependería únicamente del Plan Hoover.

[58] Los poderes del Consejo en virtud del artículo 8 se limitan a la interpretación del Acuerdo Caphandaris-Molloff. No se extienden al Plan Hoover. La naturaleza de la deuda de Emigración en virtud del Acuerdo Caphandaris-Molloff, es decir, si era o no pagadera en virtud de dicho Acuerdo por un [p86] Gobierno a otro, no determinaría necesariamente si se trataba o no de una deuda intergubernamental en el sentido y el alcance del Plan Hoover.

[59] De ello se deduce que la disputa entre las Partes sobre si Grecia tiene derecho a conectar (lier) las dos deudas entre sí y compensar una con la otra, es decir, si Grecia tiene derecho a insistir en la suspensión de la deuda griega si se suspende la deuda búlgara, es una disputa que no puede decidirse determinando la naturaleza de la deuda griega de Emigración en virtud del Acuerdo Caphandaris-Molloff, y, por lo tanto, que en el caso en cuestión no hay disputa entre Grecia y Bulgaria en el sentido del artículo 8 del Acuerdo.

*

[60] La relación entre el Acuerdo Caphandaris-Molloff y los acuerdos convencionales anteriores entre Grecia y Bulgaria en materia de emigración se desprende de lo que se ha dicho anteriormente sobre el origen de la deuda griega de emigración. A este respecto, se plantea otra cuestión: ¿No debe determinarse en realidad la naturaleza de la deuda griega de emigración por referencia a los acuerdos que precedieron al Acuerdo Caphandaris-Molloff y, en tal caso, puede esta cuestión ser objeto de un litigio en el sentido del artículo 8 de dicho Acuerdo?

[61] Esta cuestión no ha sido debatida ni ante el Consejo ni ante el Tribunal de Justicia. En estas circunstancias, el Tribunal de Justicia se abstendrá de tratarla y de pronunciarse al respecto.

***

[62] La segunda cuestión sobre la que se pide al Tribunal de Justicia que se pronuncie está redactada de la siguiente manera:

“En caso afirmativo [es decir, si en el presente asunto existe un litigio en el sentido del artículo 8 del Acuerdo Caphandaris-Molloff, ¿cuál es la naturaleza de las obligaciones pecuniarias derivadas de este Acuerdo?”. [p87]

[63] Como el Tribunal de Justicia ha llegado a la conclusión de que la respuesta a la primera cuestión no es afirmativa, la segunda cuestión no se plantea.

[64] En consecuencia, nada de lo que se ha dicho en las presentes conclusiones al tratar de la primera cuestión del Consejo debe considerarse que prejuzga en modo alguno las cuestiones a que se refiere la segunda cuestión.

[65] En el curso de los escritos de alegaciones y también en el curso de los informes orales presentados ante el Tribunal de Justicia, los Agentes y Abogados de cada uno de los Gobiernos interesados manifestaron su deseo de que el Tribunal de Justicia se pronunciara sobre la segunda cuestión, con independencia de que la primera fuera o no respondida afirmativamente. El Tribunal se siente incapaz de satisfacer este deseo.

[66] Según los términos del artículo 14 del Pacto, el derecho a someter una cuestión a la jurisdicción consultiva de la Corte sólo se concede a la Asamblea y al Consejo de la Liga; por lo tanto, la Corte está vinculada por los términos de las preguntas tal como fueron formuladas en este caso por el Consejo. La segunda pregunta está redactada de tal manera que se plantea a la Corte condicionada a una respuesta afirmativa a la primera pregunta. Ignorar esta condición a petición de las Partes sería, en efecto, permitir a los dos Gobiernos interesados someter una cuestión a la opinión consultiva del Tribunal.

[67] Como los deseos expresados por los respectivos Agentes y Abogados sólo contemplaban una extensión del procedimiento consultivo, no hay necesidad de que el Tribunal considere si es posible que un entendimiento entre los representantes de los Gobiernos interesados, alcanzado en el curso del procedimiento, sirva como una especie de “acuerdo especial”, iniciando un procedimiento contencioso ante el Tribunal. [p88]

[68] POR ESTAS RAZONES
el Tribunal,
por ocho votos contra seis,
es de la opinión
que, en el caso de autos, no existe controversia entre Grecia y Bulgaria en el sentido del artículo 8 del Acuerdo Caphandaris-Molloff celebrado en Ginebra el 9 de diciembre de 1927.

[Hecho en francés y en inglés, siendo el texto inglés el auténtico, en el Palacio de la Paz de La Haya, el ocho de marzo de mil novecientos treinta y dos, en dos ejemplares, uno de los cuales se depositará en los archivos del Tribunal y el otro se remitirá al Consejo de la Sociedad de Naciones.

(Firmado) M. Adatci,
Presidente.
(Firmado) A. hammarskjöld,
Secretario.

[70] M. Adatci, Conde Rostworowski, MM. Altamira y Schücking, Jonkheer van Eysinga, Jueces, y M. Papazoff, Juez ad hoc, haciendo uso, mediante la presente declaración, del derecho que les confiere el artículo 71 del Reglamento del Tribunal, adjuntan al dictamen la presente declaración de entonces: disiento.

(Rubricado) M. A.
(Iniciales) A. H.

[p89] Anexo.

I. – Documentos transmitidos por la Secretaría de la Sociedad de las Naciones

1. – Acuerdo Caphandaris-Molloff, firmado en Ginebra el 9 de diciembre de 1927 (Doc. С 641. 1927. II) (en francés e inglés). Anexo: Certificado provisional del préstamo búlgaro del 6 % de 1923 y fianza provisional de dicho préstamo.
2. – Plan de pagos a efectuar por Bulgaria y Grecia (8 de diciembre de 1922), y nota explicativa relativa a dicho Plan (Doc. F. 428, y Addendum a F. 428).
3. – Carta de 7 de agosto de 1931 del Gobierno búlgaro (Doc. C. 477. 1931. I) (en francés e inglés).
4. – Carta del Gobierno griego de 2 de septiembre de 1931 (Doc. C. 530. 1931. I) (en francés e inglés). Anexo: Observaciones del Gobierno griego.
5. – Carta de fecha 3 de septiembre de 1931, del Gobierno búlgaro (Doc. С. 540. 1931. I), (en francés e inglés). Anexo: Memorándum del Gobierno búlgaro relativo a la interpretación del Acuerdo Caphandaris-Molloff.
6. – Carta de 5 de septiembre de 1931 del Gobierno griego (Doc. C. 543. 1931. I) (en francés e inglés). Anexo: Memorándum complementario del Gobierno griego.
7. – Acta de la reunión del Consejo del 7 de septiembre de 1931 (Doc. C./64a Sesión/P.-V. 3. I) (en francés e inglés).
8. – Carta de 8 de septiembre de 1931 del Gobierno griego (Doc. С 553. 1931. I) (en francés e inglés).
9. – Carta fechada el n de septiembre de 1931, del Gobierno griego (Doc. C. 559. 1931. I) (en francés e inglés).
10. – Notas fechadas el 14 de septiembre de 1931, del Gobierno búlgaro (Doc. С 565. . I931. I) (en francés e inglés). Anexos:

I. – Telegrama del Ministro de Hacienda búlgaro al В.-1. S. (14 de julio de 1931), y telegrama de respuesta del B. I. S. (16 de julio de 1931).

II. – Carta del Ministro de Hacienda griego al Presidente de la Comisión Mixta (1 de agosto de 1931).
III. – Carta del Presidente de la Comisión Mixta al Ministro de Hacienda griego (3 de agosto de 1931).
IV. – Memorial griego presentado al Comité de Expertos de Londres.
V. – Decisión del Comité de Expertos de Londres (extracto).

11. – Carta de , 15 de septiembre de 1931, del Gobierno griego (Doc. С 576. I931. I).
12. – Carta de fecha 17 de septiembre de 1931, del Gobierno búlgaro (Doc. С 581. 1931. I) (en francés e inglés.
13. – Carta de fecha l8 de septiembre de 1931, del Gobierno griego (Doc. C. 590. 1931. I), (en francés e inglés).
14. – 14. Carta del Gobierno griego de 19 de septiembre de 1931 (Doc. C. 595. .1931. I) (en francés e inglés). Anexo: Respuesta de la Delegación griega a la carta del Sr. Malinoff.
15. – Carta del 21 de septiembre de 1931, del Gobierno búlgaro (Doc. С 614. 1931. I).
16. – Extracto del Acta de la 65 Sesión del Consejo de la Sociedad de Naciones (reunión del sábado 19 de septiembre de 1931, núm. 2906). [p90]

También se presentaron ante el Tribunal los siguientes documentos

(а) Propuesta del Presidente Hoover, de fecha 20 de junio de 1931 (texto extraído de las Publicaciones del Departamento de Estado. Comunicados de Prensa. Sábado, 27 de junio de 1931).
(b) Informe del Comité Internacional de Expertos, firmado en Londres los días 11 y 13 de agosto de 1931 (British State Papers, Miscellaneous. No. 19 (1931), Cmd. 3947).
(c) Circular relativa a las valoraciones y pagos en relación con los bienes a liquidar en cumplimiento del Convenio Greco-Búlgaro para la Emigración Recíproca (Actas de la Comisión Mixta de Emigración, 170ª reunión, celebrada el 29 de enero de 1924).
(d) Extracto de las Actas del Consejo L. N. (sesiones del 19 de septiembre de 1931, núm. 2903, y del 28 de enero de 1932, núm. 2998).
(e) Convenio de Neuilly de 27 de noviembre de 1919 (Publicación del Tribunal, Serie C, nº 18 – I , pp. 369-373).
(f) Reglamento para la emigración recíproca y voluntaria, de 6 de marzo de 1922 (Publicaciones del Tribunal, Serie C, No. 18 – I, pp. 374-402).

II. – Papeles y documentos presentados en nombre del Gobierno búlgaro:

1. – Carta fechada el 4 de septiembre de 1929, del Ministro de Hacienda búlgaro al Presidente de la Comisión Mixta.
2. – Acta de la 62ª reunión de la Comisión Mixta Greco-Búlgara de Emigración, celebrada el 24 de septiembre de 1921.
3. – Idem, 126ª reunión, celebrada el 4 de diciembre de 1922; con dos anexos.
4. – Carta del 6 de octubre de 1922 del Ministro búlgaro de Asuntos Exteriores a la Comisión Mixta.
5. – Acta de la 127ª reunión de la Comisión Mixta, celebrada los días 6 y 8 de diciembre de 1922.
6. – Carta fechada el n de febrero de 1924, de la Comisión Mixta de Emigración al Secretario de la Comisión Interaliada en Bulgaria.
7. – Carta del 16 de enero de 1930 del Presidente de la Comisión Mixta de Emigración al Presidente del Comité Financiero.
8. – Extracto del Acta de la reunión celebrada el 8 de marzo de 1929 por el Consejo L. N.
9. – Acuerdo relativo a la regulación de las reparaciones búlgaras concluido en La Haya el 20 de enero de 1930.

III. – Documentos presentados en nombre del Gobierno griego:

A. – Durante el procedimiento escrito:

1. – Contrato de fideicomiso, fechado el 5 de marzo de 1931.
2. – Memorándum de fecha 26 de junio de 1931, entregado por el Gobierno griego al Ministro de los Estados Unidos en Atenas.
3.-Declaraciones del Sr. Vénizélos, Primer Ministro de Grecia, al Sr. Skinner, Ministro de los Estados Unidos en Atenas (1 de julio de 1931).
4.-Carta del Director General del Ministerio de Asuntos Exteriores griego al Ministro búlgaro en Atenas (7 de julio de 1931).
5. – Telegrama del ministro búlgaro de Hacienda al Banco de Pagos Internacionales (14 de julio de 1931).
6. – Carta del B.I.S. al ministro griego de Finanzas (15 de julio de 1931). [p91] 7. – Carta del ministro griego de Finanzas al B.I.S. (30 de julio de 1931).
8. – Acuerdo concluido entre el Gobierno de la República Griega y el Gobierno Real Búlgaro relativo a la aplicación de la propuesta Hoover a las reparaciones búlgaras y a la ejecución del Acuerdo Caphandaris-Molloff durante el .Año Hoover (1 de julio de 1931 – 30 de junio de 1932).
9. – Carta del ministro griego de Asuntos Exteriores al ministro búlgaro en Atenas (11 de noviembre de 1931).
10. – Convenio entre Grecia y Bulgaria relativo a la emigración recíproca y voluntaria de las minorías étnicas, del 27 de noviembre de 1919.
11. – Plan de pagos a efectuar por Bulgaria y Grecia en ejecución del Convenio greco-búlgaro sobre la emigración recíproca y voluntaria de las minorías étnicas, de 8 de diciembre de 1922.
12. – Acuerdo Caphandaris-Mlloff, de 9 de diciembre de 1927.
13. – Carta de Sir O. Niemayer, del Comité Financiero de las Naciones Unidas, a M. A. Carapanos, ministro griego de Asuntos Exteriores, fechada el 1 de septiembre de 1928.

B. – Durante el procedimiento oral:

1. – Carta fechada en Sofía, el 9 de agosto de 1929, del Ministro de Finanzas del Reino de Bulgaria al Presidente de la Comisión Mixta Greco-Búlgara.
2. – Bono al portador (sin numerar), por 1000 leva, Serie В., del Préstamo Estatal Búlgaro б % de 1923, con hoja de cupones adjunta (cada cupón perforado).
3. – 3. Bono al portador (nº 182.539) de 500 dracmas, del Préstamo del 6 % de la República griega de 1923, con hoja de cupones adjunta (cada cupón está perforado).

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