El término “agresión económica” se refiere a una forma de agresión que involucra acciones que buscan afectar severamente la economía de un país con el propósito de ejercer presión política o conseguir objetivos estratégicos. Este concepto fue debatido en el Consejo de Seguridad en julio de 1960, en base a una carta del ministro de relaciones exteriores del Gobierno Revolucionario de Cuba, el Dr. Raúl Roa, acusando a los Estados Unidos de seguir una política de agresión económica e intervención en los asuntos internos cubanos.
El Dr. Raúl Roa mencionó la reducción de la cuota cubana de azúcar por parte del presidente Eisenhower, la cancelación de créditos a los bancos cubanos, exigencias de pago anticipado por parte de empresas con relaciones comerciales con Cuba, la congelación de cuentas bancarias y embargos repetidos de aviones comerciales. Además, señaló que empresas petroleras como ERRO, Standard Oil, Texaco y Shell, con el apoyo del Departamento de Estado, conspiraron para dejar a Cuba sin combustible y paralizar su economía.
La Unión Soviética intervino proporcionando petróleo a precios más bajos que los de las empresas intervenidas, lo que salvó a Cuba de un bloqueo petrolero angloamericano. El Gobierno de los Estados Unidos, por su parte, defendió estas acciones argumentando que eran medidas justificadas de autodefensa.
La confrontación sobre este tema ilustra la percepción divergente entre Cuba y Estados Unidos respecto a las acciones económicas, señalando cómo las acciones comerciales y financieras pueden ser utilizadas como herramientas políticas, generando tensiones y disputas internacionales.