La Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), establecida por el gobierno de Estados Unidos en 1961, tiene como propósito principal la coordinación de la asistencia exterior estadounidense a naciones en desarrollo en cuatro regiones del mundo: América Latina, África y Europa, Oriente Medio, y Asia del Sur y Lejano Oriente.
Esta agencia gubernamental despliega programas y estrategias para brindar apoyo y ayuda a países que enfrentan desafíos en su desarrollo económico, social e infraestructural. A través de proyectos de inversión, asistencia técnica y colaboración en áreas clave como la salud, la educación, la agricultura, la infraestructura y el desarrollo económico, la AID busca mejorar las condiciones de vida y promover el progreso sostenible en estas regiones específicas del mundo.
Su labor se extiende a la ejecución de iniciativas que buscan fortalecer las capacidades locales, fomentar la autosuficiencia y la resiliencia de las comunidades, así como generar oportunidades para el crecimiento económico en los países receptores de ayuda. La AID opera en estrecha colaboración con gobiernos, organizaciones no gubernamentales, instituciones locales y otros actores involucrados en el desarrollo internacional para lograr un impacto positivo y duradero en las regiones donde interviene.