Situación en Venezuela: Declaración de Buenos Aires
Los Gobiernos de Argentina, Australia, Canadá, Chile, Estados Unidos y México, teniendo en cuenta la falta de legitimidad del proceso electoral venezolano, desconocen los resultados de las elecciones de ayer al haber sido convocadas por una autoridad ilegítima (Asamblea Nacional Constituyente), excluyendo la participación de actores políticos, que no ha contado con observación internacional independiente ni con garantías para que este proceso pueda ser aceptado como libre, justo, transparente y democrático.
Los países que se suman a esta Declaración entendemos que esta elección ilegítima es una clara reafirmación de la ruptura de la institucionalidad democrática en Venezuela.
Ante este resultado, los Gobiernos de esta Declaración considerarán posibles medida políticas y económico-financieras sancionatorias del régimen autoritario de Maduro, procurando en ello no afectar al pueblo venezolano, que es la primera víctima de esta ruptura de la democracia venezolana.
Reafirmamos que la solución a la crisis de Venezuela debe ser alcanzada de forma pacífica y con el protagonismo de los propios venezolanos. La comunidad internacional debe realizar su contribución a ese fin, impulsando acciones e iniciativas que permitan restaurar la democracia y el respeto de los derechos humanos en ese país.
La crisis humanitaria –de orden social, económico y de salud- en Venezuela se ha agravado y profundizado de manera alarmante, ratificada por el creciente éxodo de los venezolanos que abandonan su país. Más de 900.000 venezolanos han emigrado a diferentes países de nuestra región y esta situación de emergencia constituye una amenaza para la estabilidad y seguridad regional en lo sanitario-epidemiológico, migratorio, alimentario, social, educativo, etc. Los países de la región trabajamos en forma activa, junto a socios extraregionales, para hacer frente a esta dramática crisis de un pueblo hermano.
Nuestros Gobiernos instan al régimen autoritario de Maduro a abandonar la indiferencia ante el sufrimiento de su pueblo, reconociendo la crisis y, ante todo, estableciendo un canal humanitario que permita, sin demoras, recibir ayuda de la comunidad internacional en alimentos y medicinas que son las necesidades cruciales de esta hora del pueblo venezolano.