António Guterres hizo esas declaraciones tras el ataque cometido este sábado contra miembros de la Misión de la ONU en Mali en el que murió un casco azul de Burkina Faso y en el que resultaron heridos otros siete miembros de la operación de paz, siete soldados franceses y dos civiles malienses.
En un comunicado publicado por la Oficina del Portavoz de la ONU, el titular de la ONU ha extendido sus condolencias al Gobierno de Bukina faso y a los familiares del soldado muerto.
El ataque, perpetrado en Tombuctú, es el mayor dirigido contra la Misión de las Naciones Unidas en Mali. Según informaciones de prensa, los autores de la acción se habían disfrazo de cascos azules para ejecutarla.
“Los ataques que tiene como objetivo cascos azules pueden ser considerados crímenes contra la humanidad bajo la ley internacional y aquellos que tratan de obstruir el proceso de paz pueden ser objeto de sanciones”, añade la nota.
El Secretario General ha pedido a las autoridades del país africano y a los grupos armados firmantes del acuerdo de paz que no ahorren ningún esfuerzo en la identificación de los autores del ataque para que puedan ser llevados ante la justicia.
Guterres también ha rendido un homenaje al valor de los hombres y mujeres que sirven en la Misión en Mali asumiendo un gran riesgo personal y un gran sacrificio.
El Consejo de Seguridad también condena
En otro comunicado, el Consejo de Seguridad también condenó el ataque y se expresó en términos parecidos a los de Guterres en relación a la posiblidad de que los autores del atentado puedan incurrir en crímenes contra la humanidad.
“Los mimbros del Consejo de Seguridad reafirman que “el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye una de las más serias amenazas a la paz y la seguridad internacional” y reiteran que “todo acto de terrorismo es criminal e injustificable”.