La renegociación del Acuerdo Global entre México y la Unión Europea
Septiembre 2017
Una colaboración de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México.
El 15 de julio de 1975 se dio un paso trascendental en la relación entre México y la Unión Europea con la firma del primer Acuerdo Marco de Cooperación entre la Comunidad Económica Europea y los Estados Unidos Mexicanos, con el fin de fomentar la cooperación en áreas como tecnología, comercio, cuestiones financieras e inversiones. Después de 16 años, el 26 de abril de 1991 se firmó el segundo Acuerdo Marco en Luxemburgo, que en su tiempo era el más extenso y complejo que el bloque europeo hubiese desarrollado con un país latinoamericano o asiático. El 2 de mayo de 1995 mediante la negociación de un tercer acuerdo, marco de cooperación, se concretó la firma de los tres instrumentos jurídicos del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre la Unión Europea y México o Acuerdo Global.
Hoy el Acuerdo está por cumplir 2 décadas en vigor y sigue dando frutos a ambas partes, pero ha pasado mucho tiempo. Además, las dinámicas nacionales e internacionales actuales dificultan y desvían la atención de la tan añorada renegociación del Acuerdo Global. Debe entenderse que la raíz de esta situación no es la complejidad a la que se enfrenta el actual gobierno mexicano, sino la falta de tiempo antes de las elecciones presidenciales de 2018.
Durante la campaña electoral, Donald Trump calificó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) como “el peor acuerdo jamás firmado por Estados Unidos” y prometió hacer algo al respecto si ganaba las elecciones. Así, el 18 de agosto de 2017 inició formalmente el procedimiento para renegociar el TLCAN en un intento por conseguir mejores condiciones para la industria manufacturera y los trabajadores estadounidenses. Aunque Estados Unidos es el principal socio comercial de México, no puede darse el lujo de destinar su absoluta atención a la creación de un acuerdo que beneficie a la región, pues dejaría en stand by a su tercer socio comercial más importante. Sin duda, las arduas sesiones de trabajo para llegar a un acuerdo gastarán tiempo valioso que bien podrían destinarse a la renegociación del Acuerdo Global.
La renegociación del Acuerdo Global depende de la evolución del diálogo referente al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) por parte de Estados Unidos y la Unión Europea. Una cuestión importante es que desde el anuncio de las negociaciones en 2013, el objetivo del Acuerdo siempre fue establecer una gran zona de libre comercio a ambos lados del Atlántico, pero la llegada de Trump al poder dificultó el proceso debido al proteccionismo comercial característico de su discurso. El deseo europeo de incrementar su comercio con Estados Unidos, el principal mercado mundial, los ha llevado a insistir en una renegociación, pero esto a la vez deja en segundo plano los intereses que tienen en México, pues a fin de cuentas “el Acuerdo ya está”, y aunque ha dado buenos resultados, podría incluso funcionar mejor.
En 2016 se firmó el Acuerdo Extensivo Económico y de Comercio (CETA) entre Canadá y la Unión Europea, en donde se establece la eliminación de aranceles entre ambas parte y prevé efectos positivos para el crecimiento y el empleo en ambas regiones. La Unión Europea estimó que tendrá un impacto favorable para el PIB europeo de 12 000 millones de euros al año, mientras que los beneficios para Canadá serían proporcionalmente mayores, pues el bloque europeo es su segundo mayor socio comercial, tan solo por detrás de Estados Unidos. Del mismo modo, sus empresas mejorarían el acceso a un mercado aproximado de 508 millones de consumidores.
Pese a que el CETA bien podría ser visto como un importante motor de crecimiento económico en América en los próximos años, es incierto ―aunque predecible― qué países se verán más beneficiados. Es curioso que coincidieran las renegociaciones comerciales entre los tres países de Norteamérica, y también individualmente con la Unión Europea. Sin embargo, la cuestión a resaltar es que de los cuatro jugadores, México es el menos fuerte, y por ello el actual gobierno debe hacer un mayor esfuerzo por no quedar en desventaja o incluso quedar fuera de la jugada.
A menos de un año de las elecciones presidenciales, la actual situación política y social en México parece favorecer a la izquierda en su camino a Los Pinos. Muchos analistas coinciden en que, de ser así, es probable que acontezca un shock inmediato en las relaciones exteriores de México, por la marcada visión nacionalista que ha demostrado hasta ahora el líder del partido Morena, quien se perfila como candidato de ese partido. Ante la incertidumbre del resultado de las elecciones de 2018 y la posibilidad de que el nuevo gobierno termine todo proceso político y comercial, el presidente Enrique Peña Nieto y su gabinete han buscado afianzar todos los acuerdos y renegociaciones pendientes, principalmente el TLCAN y el Acuerdo Global.
Entre 1999 y 2008 los intercambios comerciales entre México y la Unión Europea presentaron un dinamismo particular, pues el comercio birregional se incrementó en 237% y las exportaciones mexicanas se cuadruplicaron. En cuanto a la inversión extranjera directa en México, entre 1999 y 2008 los flujos de inversión incrementaron de 13 800 millones de dólares a 22 400 millones de dólares, representando un incremento de 62%. En 2015, el comercio con la Unión Europea ascendió a 62 100 millones de dólares, posicionándose como el tercer socio comercial más importante para México.
El apartado comercial del Acuerdo Global hizo más dinámica y estrecha la relación entre México y la Unión Europea por medio del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México (TLCUEM), pero cabe señalar que dicho acuerdo, por sí solo, no conlleva de manera automática a una mejora directa del bienestar social. El TLCUEM genera certidumbre entre inversionistas, gobiernos y organizaciones civiles, y ha sido una gran herramienta para posicionar los bienes con el característico símbolo de “Hecho en México” en el mercado europeo. Sin embargo, aún hay mucho camino por recorrer en materia comercial.
En mayo de 2017 las delegaciones representantes de México y de la Unión Europea se reunieron en la Cancillería para llevar a cabo la segunda ronda de negociaciones. En forma paralela tuvieron lugar las mesas de diálogo referentes a los temas institucionales, comerciales, económicos y políticos del tratado. Otra dificultad que se presentó a la hora de renegociar el Acuerdo Global es que, a diferencia del TLCAN donde se dialoga con otros dos países, la Unión Europea es una asociación económica y política, única en su género, compuesta por 28 miembros. Ante la necesidad de un consenso europeo para la aprobación de la renegociación, el presidente Enrique Peña Nieto ha emprendido y recibido una serie de visitas oficiales con países estratégicos de la Unión Europea para, entre otras cuestiones, pedir el apoyo a la renegociación.
En julio de 2017, en el marco de la primera visita de Estado a México que realizó el Presidente de Portugal, Marcelo Rebelo De Sousa, el presidente Peña Nieto aseveró que para el país resulta importante contar con el apoyo de Portugal en el proceso de negociación. De igual forma, en París respaldó a su homólogo francés Emmanuel Macron para renegociar el Acuerdo Global, y pactaron fortalecer la asociación estratégica en materia de combate al cambio climático, comercio y educación. En Hamburgo, Peña Nieto agradeció el apoyo de España para la actualización del Acuerdo Global, y además, reiteró al Presidente español, Mariano Rajoy, la voluntad del gobierno mexicano para incrementar las relaciones económicas entre ambos países.
La Cumbre de líderes del G-20 también permitió a México afianzar su alianza con Italia para la renegociación del Acuerdo Global. En el primer encuentro entre Peña Nieto y el Primer Ministro de Italia, Paolo Gentiloni, ambos líderes dialogaron sobre el proceso de actualización del Acuerdo, pues desde 2012, México e Italia cuentan con una asociación estratégica que ha permitido aumentar los intercambios económicos y ampliar la cooperación bilateral. En el primer encuentro entre Peña Nieto y la Canciller alemana, Angela Merkel, ambos mandatarios refrendaron el compromiso mutuo para impulsar el libre comercio, las inversiones, el medio ambiente y los derechos humanos, además de recordar la importancia de la relación entre Alemania y México en el comercio mundial.
El Acuerdo Global bien podría considerarse como un remarcable logro para la política exterior mexicana, pues en materia económica ha logrado robustecer la posición de México como foro estratégico y relevante de negocios. Con esto se favorece la inversión extranjera y se diversifica y aumenta la certidumbre de la presencia mexicana en los principales mercados globales.
El entendimiento entre México y la Unión Europea sigue en desarrollo y constante crecimiento, tanto en temas que son de relevancia para ambas partes como en la formulación de posiciones y propuestas que bien podrían ser depositadas ante foros internacionales. El Acuerdo Global requiere de actualizaciones que permitan una mayor y mejor adquisición de beneficios mutuos, en donde el comercio sea libre, pero justo y bien reglamentado.
Son varias las circunstancias nacionales e internacionales que vulneran la renegociación eficaz antes del cambio de poder en México Entre otras, es incierto el resultado de la renegociación del TLCAN, hace falta estabilizar la situación política y social al interior del país, hay que mantener la atención de la Unión Europea sobre la actualización del Acuerdo Global ―quien también está en proceso de negociación con Canadá y Estados Unidos en materia comercial― para afianzar el compromiso de los 28 Estados miembros de la Unión Europea de continuar con el diálogo comercial entre México y Europa.
GERARDO TRUJANO VELÁSQUEZ es articulista de análisis económico internacional en la columna “Foro Internacional Anáhuac” del periódico Excélsior de México. Es maestro en Desarrollo Urbano por El Colegio de México y especialista en Estudios Avanzados en Intervención Pública y Economía Regional por la Universidad del País Vasco. Es coordinador académico del área de Economía en la Facultad de Estudios Globales en la Universidad Anáhuac. Sígalo en Twitter en @gtrujano64. BRUNO GUERRERO MARÍN es presidente de la Sociedad de Alumnos y estudiante de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac. Sígalo en Twitter en @bruguema.
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