Argentina busca a los autores del atentado contra la embajada israelí en 1992
La Corte Suprema argentina decidió ayer (15.10.2015) la reapertura del caso del atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires perpetrado el 17 de marzo de 1992.
Mediante un nuevo informe, el máximo tribunal del país ordenó la busca y captura internacional de Hussein Mohamad Ibrahim Suleiman, agente operativo de la organización terrorista Hezbolá e integrante de la agrupación Yihad Islámica, y de su presunto cómplice, José Salman El Reda, un ciudadano colombiano sobre el que ya pesaba una orden de detención. Para saber más sobre el caso, Deutsche Welle entrevistó al doctor Ariel Gelblung, del Centro Simon Wiesenthal para Latinoamérica.
DW: Al primer atentado en marzo de 1992 le siguió otro perpetrado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en julio de 1994. ¿Qué supusieron por aquel entonces para la comunidad judía argentina los ataques?
Dr. Ariel Gelblung: Fue algo novedoso en el año 1992, digamos que nos sorprendió a todos. No sólo a la comunidad judía sino a Argentina en general. Era la primera vez en la historia que un atentado terrorista de corte internacional, que no tenía que ver con Argentina, se llevaba a cabo en el país. Realmente nos dejó a todos atónitos. No entendíamos la magnitud de la violencia.
Nadie estaba preparado para un ataque de ese tipo. Independientemente de que fuese contra una sede diplomática, entendíamos que si bien fue un atentado contra Argentina por haberse llevado a cabo en suelo argentino, estaban atacando a una embajada. El caso es que la gente no sabía mucho cómo actuar o cómo trabajar el tema. Inmediatamente quedó radicado ante la Corte Suprema porque, según la Constitución Nacional, cuando se trata de un ataque a una embajada internacional, quien tiene competencia para tratar lo que llamamos competencia originaria es directamente la Corte Suprema. Se actúa como si el máximo tribunal fuera un juez.
¿Por qué eligieron los terroristas la embajada israelí en Buenos Aires?
Esas son cosas que aún están siendo investigadas. Yo creo, y esto entra dentro de la opinión personal, que en primer lugar garantizaba impunidad porque no estábamos preparados. En segundo lugar, ni la justicia ni nadie esperaba una cosa así. Nuestra justicia por aquel entonces, y hoy tampoco, no es de las mejores consideradas por varios motivos: la falta de elementos, de preparación y sobre todo de legislación. Por otro lado, tenía que ver por un cambio de política del gobierno de aquel entonces. El presidente que había asumido un par de años antes, y que en general tenía muy buenas relaciones con Siria y los países árabes, de pronto, cuando asume, manifiesta que va a tener relaciones con Estados Unidos y manda tropas a la primera de las guerras del Golfo.
Según los investigadores, el atentado no pudo llevarse a cabo sin las vulgarmente conocidas como “conexiones internas”. A día de hoy es uno de los enigmas sin resolver. ¿Qué motivación pudieron tener los colaboracionistas?
La desconozco. El día que los encontremos lo podremos resolver.
Aunque estamos hablando desde el supuesto, las razones pueden ir desde el ámbito económico hasta el tema de la ideología.
Usted ha mencionado antes que el primer atentado pudo estar relacionado con la participación de Argentina en la primera guerra del Golfo. ¿Qué motivos llevaron entonces a los terroristas a perpetrar el segundo atentado contra la sede de la AMIA en 1994?
Dos años después de haber cometido el primero sin que se conocieran los culpables, y teniendo en cuenta que la investigación llevada a cabo fue muy floja, creo que la falta de acción de la justicia dio lugar a garantizar la impunidad de un segundo. Años después se tuvo conocimiento de un atentado intermedio que fue evitado.
Han pasado más de 23 años desde el primer atentado. ¿Siguen abiertas las heridas en Argentina y, en especial, dentro de la comunidad judía del país?
Hoy en día todavía nos enfrentamos no sólo a la investigación del atentado, sino que hay un segundo juicio que tiene que ver con el encubrimiento que sucedió para que no se pueda investigar el primero de los juicios, en el que está involucrado inclusive el expresidente de la nación. Y es que se consideró que, a días del atentado, había una pista seria acerca de quiénes eran los perpetradores y la conexión local. Al parecer existían, y sigo dentro del ambiente de lo hipotético, relaciones con la Casa Rosada. La pregunta es cómo hicieron para diluir y que se perdieran pruebas necesarias para juzgar a los culpables. Esto motivó la apertura de un segundo juicio que hoy está en pleno trámite y con audiencias todos los jueves.
Pocos días antes de morir, el fiscal Alberto Nisman pidió la detención del principal sospechoso del atentado contra la sede de la AMIA en Buenos Aires, Samuel Salman El Reda, hermano del presunto colaboracionista de Suleiman en el ataque contra la embajada israelí dos años antes. ¿Qué relación existe entre ambos casos?
Existe algún tipo de relación. No cabe duda que el tema de la impunidad del primer ataque llevó a efectuar el segundo. Es todo parte de una misma investigación.
El Dr. Ariel Gelblung es el representante para América Latina del Centro Simon Wiesenthal, una institución dedicada a documentar las víctimas del holocausto y que lleva registros de los criminales de guerra nazis y sus respectivas actividades. Su sede está en Los Ángeles, Estados Unidos.
Esta entrada fue modificada por última vez en 21/10/2015 19:16
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