Convocada por la National Catholic Welfare Conference de los Estados Unidos. Países representados: Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Estados Unidos de América, México, Venezuela.
Dicha asamblea se reunió con objeto de estudiar las cuestiones sociales, y especialmente ios problemas envueltos en la actual crisis mundial, sobre la base de los principios esenciales del Cristianismo. Las sesiones, que duraron aproximadamente tres semanas, fueron inauguradas en la ciudad de Washington, D. C., por un grupo católico representativo de las tres Américas. Después de pasar la primera semana en Washington, los miembros latinoamericanos del grupo viajaron sucesivamente a varios otros lugares (Notre Dame, Chicago, Detroit, Buffalo y Nueva York) donde se reunieron con nuevoó representantes estadounidenses. Volvieron subsecuentemente a Washington, para la sesión de clausura.
La Conferencia consistió en dos fases principales: las veintitrés reuniones regulares y las tres extraordinarias, dedicadas a la discusión de las ya referidas cuestiones; y los viajes y excursiones mediante los cuales los representantes latinoamericanos llegaron a conocer mejor la vida católica y las instituciones cívicas de los Estados Unidos. También fueron celebrados, con motivo de la Conferencia, un gran número de banquetes, almuerzos, etc. Entre los muchos temas discutidos en las varias sesiones, mencionaremos éstos: la naturaleza, origen, y efectos de la actual crisis de la civilización; el papel que les toca a las Américas y al Catolicismo en dicha crisis; la fase económica de la misma; el totalitarianismo; los cambios que tendrán que efectuarse en la democracia, para el establecimiento de buenas condiciones mundiales; el período de la post guerra, y el papel de las Américas durante ese período. Al terminarse la Conferencia, los miembros del grupo prepararon una declaración, destinada a ser publicada, en la que formularon sus conclusiones fundamentales sobre los problemas discutidos, inclusive las siguientes: que la crisis mundial tenía sus raíces en un concepto falso del hombre, y de su origen, su destino y su misión en la vida; que la única solución satisfactoria consistiría en el reestablecimiento del concepto cristiano del hombre como individuo y como miembro de la sociedad humana; que la democracia, reformada social y económicamente de acuerdo con los principios cristianos, constituiría el mejor sistema para el perfecto desarrollo de la vida cristiana; que los países americanos y, más específicamente, el Catolicismo en las Américas, estarían obligados a desempeñar un papel trascendental en el mundo de la post guerra; que en la Conferencia que llegaba a su conclusión se había dado el primer paso hacia la colaboración católica en el Nuevo Mundo para la creación de un orden mundial nuevo.
Obra a consultar: Catholic Action, Vol. XXIV, No. 10, octubre de 1942, passim. [Número dedicado en gran parte a artículos y comentarios sobre la referida Conferencia.]